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Es una pregunta difícil de responder, considerando que existe un padecimiento que te hace dudar de tus propios logros. ¿Habías escuchado el Síndrome del impostor? ¡De seguro que sí! Es un padecimiento que sufren o han sufrido muchas personas al rededor del mundo. Y Para que las habilidades comunicativas puedan desarrollarse, es necesario creer en ti mismo. Quizás suene a un cliché pero si tu no confías o crees en ti mismo ¿Quién más lo hará?

Estamos tan inmersos en este mundo lleno de afanes, y exigencias impuestas que si no logramos lo que otros logran, se nos hace difícil aceptar todos nuestros éxitos, por pequeños que sean. Y esto es por lo que nos vende el marketing hoy en día: La presión de o te adaptas o mueres, incluso la sensación de no existir en el caso de que no te acoples a este tipo de propuestas.

Donde eres visible o exitoso siempre y cuando lo publiques en redes sociales, y no me mal interpretes, no estoy en contra de ellas, por el contrario, creo que son de gran utilidad, pero tienen sus contras. Y sin duda, la baja autoestima producida por los éxitos de los demás es uno de ellos. Te sientes inseguro y menosprecias tus propios logros.

Y ¿Por qué hablo de esto? porque quiero reflexiones sobre tu comunicación interna. Sobre ese diálogo que tienes a diario y de cómo combatir uno de los síndromes que hoy en día, afecta a 7 de cada 10 personas, según estudios científicos. Se trata del síndrome del impostor, que no discrimina, porque actores, actrices, deportistas, cualquier mortal puede sufrir o padecer de él.

Pero, ¿De qué se trata exactamente? Es La existencia de dudas acerca de la propia habilidad, el miedo al fracaso y el mantenimiento de unas bajas expectativas de resultado, todo ello a pesar de una importante historia de éxitos, según lo define un ensayo publicado en la Revista de Psicopatología y Psicología clínica.

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Conoces a alguien que cuando le dices, que bonita ropa, no te responde con un gracias sino con una frase como: <<Tan gracioso o graciosa, esta camisa no es bonita>>

O le dices: <<¡Te felicito, excelente presentación! Hablas muy bien en público o hiciste un buen informe ¿Cuál es su respuesta? <<Yo no hablo bien en público, solo tuve que prepararlo muy bien>> o <<Dale las gracias a Pepito. Él hizo todo el trabajo>>

o <<Me enteré que quieren ascenderte a un nuevo cargo>> y su respuesta es <<Veo difícil que eso pase porque hay muchas personas que tienen mayor experiencia que la mía>>

Después de estos ejemplos, puedo estar segura que hubo un déjà vu en tu mente y recordaste alguien, en el caso de que no hayas sido tú mismo en medio de una situación similar. Si te has identificado con alguna de estas situaciones, aquí van mis consejos para gestionar este síndrome:

Reconocer si sufres o no este síndrome del impostor

Al escuchar el nombre del Síndrome del impostor o del fraude, me parecía gracioso, solo hasta cuando escudriñé en el tema entendí que no se trataba de falsa modestia o auto exigencia excesiva, lo que alguna vez había sentido. Por eso mi invitación es a que te hagas algunas preguntas y tu mismo determines si estás padeciendo esto o no

Para ello empieza por preguntarte lo siguiente

  • ¿ A qué atribuyes tu éxito, a la suerte a otros factores o a ti mismo?
  • ¿Aceptas las críticas o te pones sensibles así se trate de una constructiva?
  • ¿sientes que en cualquier momento te descubrirán como un fraude o impostor?
  • ¿Te descalificas incluso en áreas donde tienes mayor experiencia y posees más y mejores conocimientos que otras personas?

Este punto es importante. Como te dije confundía este síndrome con la falsa modestia, y para esto no hay nada mejor que empieces por agradecer los halagos sin justificarte. Sin dar explicaciones, simplemente dar las gracias, así sin más. Has el ejercicio. Te invito que la próxima vez que te hagan un cumplido no te sientas ególatra, narcisista o algo por el estilo. ¡Acepta sin remordimiento!

Eso confirma de que eres una persona realmente segura de sí, con un gran amor propio. Un autoestima sano, que te permite reconocer de que te mereces los halagos, y por si te queda alguna duda te regalo esta frase de Golda Meir, política y estadista Israelí que dijo: <<No seas tan humilde que no eres tan grande>>. Y es que hay una delgada línea entre lo que es realmente la modestia y el no aceptar tus logros o la falsa modestia que te comentaba

Decía Tito Livio, el historiador romano, que «Cualquier esfuerzo resulta ligero con el hábito».

Has atribuido tus éxitos a la suerte o a otros factores, y es que lo que a ti te parece fácil , a otros no. Sin embargo, eso no significa que no requiera esfuerzo o habilidades, así que alégrate y disfruta de cada cosa que logras.

Y aprovecho para decirte que no midas tu tiempo en relojes ajenos. A cada persona le lleva su tiempo lograr sus metas y objetivos. Así que no te compares con los demás porque cada persona tiene su momento. Ese clímax donde ves es el resultado de tu constancia, perseverancia y por supuesto mucho trabajo.

El ser humano es incapaz de hacer una copia exacta, esto te lo digo porque dentro de este síndrome es común que sientas que las cosas que dices son de alguien más, sin embargo hay una frase que aclara todo , la dijo André Gide: <<Todo lo que necesita decirse ya se ha dicho. Pero, como nadie estaba escuchando, todo tiene que decirse de nuevo>>

Kobe Bryant, admitió que no existía una sola jugada que fuera nueva y que todas sus técnicas las había robado de videos de sus héroes jugando. Entonces, después de analizarlas e intentarlas copiarlas se dio cuenta que no podía hacerlas exactamente igual, ya que no tenía la misma contextura, altura, etc…Así que tuvo que adaptarlas a su cuerpo, logrando un nuevo estilo. Su propio estilo para lograr las jugadas.

Tu cerebro aprende y adopta todo lo que repites con frecuencia y ya que hablamos de comunicación interna, es importante que sepas que todo lo que te dices es una verdad para tu cerebro y de acuerdo a eso el logra hacerte sentir como tu le ordenes.

Por ejemplo si ves un perro y sientes miedo, el cerebro va a enviar neurotransmisores asociados con esa emoción, por lo que te va a acelerar el pulso, te temblarán las piernas o sudarán las manos. Sin embargo, el problema no es el perro, sino lo que le asociamos. Por tanto, si cada vez que logras algo positivo se lo asocias a la suerte tu cerebro creerá que siempre es debido al azar y le restará importancia.

Por lo que, poco a poco, dejarás de sentir alegría y todas sus expresiones derivadas de esta emoción por tus logros. Así que la idea es sembrar pensamientos potenciadores. Pensamientos que te hagan sentirte más confiado en ti mismo.

Entonces el hablar en público, tus logros, tus relaciones mejoraran, serás una persona con mayor confianza en sí misma y así lograrás sentirte merecedor y dejar a un lado el auto boicot y habrás aprendido a gestionar el Síndrome del impostor.

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¿Crees en ti?- Síndrome del impostor